Lectura. Daniel Cassany. Perspectiva Sociocultural. Leer críticamente.

abril 19, 2017 Equipo de Cátedra 10 Comments

Cassany compara la perspectiva piscolinguística con la sociocultural. Para él, la segunda es mucho más completa y activa que la primera ya que considera que necesitamos una aproximación sociocultural que nos acerque a los distintos textos que manejan las diferente comunidades puesto que, a su vez, cada comunidad los manipula/trabaja en contextos diferentes, de maneras diferentes y con objetivos diferentes.
Por esto, la perspectiva sociocultural no concibe al texto simplemente como un mensaje neutro que hay que decodificar y comprender sino como un artefacto, en el sentido de que puede ser utilizado y manipulado tanto social como políticamente: leer es una "practica letrada, una tarea social". El acto de leer, para esta perspectiva, no se limita a la información que podemos extraer del texto sino que nos involucra mas allá: Leer es asumir roles, construir identidades. Saber que ese texto es situado, que hay alguien detrás de él que tiene una intención y que es necesario que nos apropiemos de su obra para poder sacarle provecho, manipularla, UTILIZARLA.
Yo creo que este tipo de perspectiva quiere reducir esa distancia insoslayable que menciona Cassany al comenzar su discurso: las diferencias entre las prácticas vernáculas y las prácticas académicas. Dejar de criticar o despreciar a las primeras entendiendo que son indispensables en las prácticas de lectura y escritura del estudiante ya que su apropiación permitirá incidir o manipular la realidad que lo circunda. Aislarlo en una práctica neutral y descontextualizada no lo ayudará en su desenvolvimiento posterior en el mundo.

Olga López, 26/04/17

Daniel Cassany en esta conferencia compara dos enfoques: el psicolingüístico y el sociocultural. Plantea que este último enfoque es necesario a partir de la diversidad de lecturas a la que nos enfrentamos a diario. Los alumnos son atravesados por dos prácticas de lectura: la práctica vernácula (la que leen en la calle, en su casa, es informal y personal, autoregulada) y la práctica académica (vinculada con la escuela, formal, regulada por la institución, impuesta). Las formas de lectura cambian según la comunidad, es decir que funcionan de manera distinta. Por lo tanto se necesita una aproximación sociocultural que incluya estas orientaciones (como diferenciar las disciplinas a través de sus géneros). Para que nuestros alumnos se apropien de una práctica letrada debemos poner a su alcance diversos tipos textos, crear accesos para que puedan conectar las prácticas con los textos y mostrar cómo se usa la práctica más que imponer. Podemos decir que este enfoque sociocultural nos plantea una mirada más globalizada y define al término leer como una práctica letrada e inserta en las prácticas sociales. Al texto lo denomina artefacto social y político, con un mensaje siempre situado. Ya no podemos hablar de mensaje o texto aislado o neutro. Por lo tanto leer es hacer cosas, asumir roles, construir identidades, ejercer el poder. Este enfoque aporta a la práctica docente una visión distinta con respecto a las actividades que se suelen proponer a los alumnos al momento de enfrentar un texto. Preguntas como: ¿Qué pretende el autor? ¿Qué pretende el texto? ¿Cuál es la intención del autor?, traen implícitas las otras como ¿Cuál es la idea principal y las secundarias? Típicas del enfoque tradicional. Pero lo más interesante de este enfoque sociocultural es que no se instituye para anular los enfoques anteriores sino que se instala para sumar.

En esta conferencia Daniel Cassany asegura que vivimos en una comunidad donde abundan distintos artefactos que contribuyen en nuestro desarrollo diario de múltiples maneras. Esta diversidad de artefactos conlleva a que se realicen variadas lecturas, de manera diferente y con objetivos diferentes, al punto de que ´´nos acercamos a un mundo en el que todos vamos a hablar distintas lenguas´´. Es así que Cassany presenta e insiste en analizar las prácticas de lectura y escritura bajo el enfoque sociocultural. Este enfoque o perspectiva considera que la lectura no es solo una actividad cognitiva o lingüística, o un conjunto de habilidades sino que es también una práctica letrada, una tarea social. Los textos se manipulan y se utilizan, de ahí a considerarlos artefactos, sus mensajes no son neutros sino que siempre hay alguien que se encuentra detrás de esos textos y que vive y escribe en un contexto y con una intención particular. Para el enfoque sociocultural, leer significa hacer, ocupar ciertos roles, construir identidades. Al considerar que todo texto es específico con una intencionalidad particular nos invita a comprenderlo, analizarlo y utilizarlo a partir de su propósito, y dentro de un contexto social, histórico y cultural determinado.
Por último es necesario rescatar que Cassany no busca elidir otros enfoques sino que deja en claro que el enfoque sociocultural complementa aquellos considerados tradicionales.

Daniel Cassany presenta la perspectiva sociocultural, que afirma que cada comunidad posee diferentes tipos de artefactos para comunicarse. En cada uno de estos artefactos, el conocimiento se construye de manera diferente y, por lo tanto, demanda un tipo de lectura particular. Así mismo, pone en consideración al sujeto social: el estudiante tiene una historia, una ideología, intereses, pertenece a una comunidad determinada que a su vez habla una/s lengua/s determinada/s que configura/n su visión del mundo. En dicha comunidad predomina el uso de determinados artefactos de comunicación por sobre otros. Se afirma que sabemos leer algunas cosas y somos analfabetos en algunas otras. Desde esta mirada heterogénea, aprender a leer y escribir consiste, entonces, en aprender a usar cada una de estas prácticas letradas.
Cassany compara el enfoque psicolingüístico y el sociocultural, para demostrar que éste último no niega los conceptos del primero, sino que los trasciende, los sitúa. Engloba lo lingüístico y lo social: el texto es un artefacto social y político que puede ser manipulado tanto por el autor como por el lector. Transmite un mensaje que es siempre situado, es decir que siempre hay alguien detrás de un texto, y ese alguien está posicionado en determinada ideología y tiene una intención. Leer es, entonces, una práctica letrada inserta en prácticas sociales. Implica hacer cosas, asumir roles y, lo más importante, construir identidades.
En cuanto a la enseñanza de la lectura, desde la perspectiva psicolingüística la consigna es "busca la idea principal", mientras que el enfoque sociocultural se pregunta ¿qué pretende el autor? A partir de allí se abren otras vías de conocimiento. Una vez que comprendemos la idea principal del texto, es necesario que la interpretemos, preguntándonos cuándo y dónde podemos usar la información obtenida, comparando con otras posturas acerca del mismo tema y con la propia opinión.
Cassany señala que el niño o adolescente realiza diferentes tipos de lectura según los ámbitos que frecuenta: escuela, deporte, religión, hogar. Es en el hogar donde se practican las llamadas prácticas vernáculas que se contraponen con las prácticas académicas. Las primeras son autorreguladas, personales, se aprenden informalmente, y por lo general son rechazadas por el ámbito académico (diarios íntimos, blogs, chats, cartas, etc.). Están fuertemente relacionadas con la construcción de la identidad. Las segundas son impuestas por instituciones, aprendidas formalmente, legitimadas y prestigiosas, por ejemplo apuntes, exámenes, etc.; y es aquí donde se ubica la enseñanza en la escuela.
El enfoque sociocultural permite entender mejor la creciente diversidad letrada ya que considera las particularidades históricas, sociales y culturales de cada comunidad. Es necesario tener en cuenta que la lectura se diversifica a lo largo de la historia, según las necesidades de cada comunidad. La tarea para los educadores es brindar actividades que tengan en cuenta los intereses y la realidad inmediata del estudiante de manera que los conocimientos adquiridos le resulten útiles para relacionarse e intervenir en la sociedad.Es por esto que es planteada como una perspectiva democratizadora, porque leer implica empoderarse. Acortar la brecha entre las prácticas vernáculas que realiza el estudiante y las académicas que se le imponen, incluir las primeras dentro de las segundas, puede resultar muy efectivo a la hora de la enseñanza, ya que contribuye a despertar el deseo de lectura a partir de aquello con lo cual el niño se identifica.

Laura Nagy
Cassany realiza aportes significativos en cuanto a la enseñanza de la lectura porque nos alerta sobre el aspecto situacional de la práctica de la lectura: para poder vivir necesitamos hacer lecturas diversificadas, leemos diferentes “artefactos”, de diferente modo, con diferentes propósitos. En el caso escolar los alumnos deben realizar distintas operaciones; primero procesar el código, luego construir el significado, y por último desarrollar actividades regulativas o autocognitivas. Pero, nos advierte el autor , existen diverso ámbitos de literacidad donde la institución académica solo es uno de ellos. Fuera de la academia las prácticas “vernáculas” son autorreguladas, libres, privadas, informales y despreciadas por la academia, pero sobre todo construyen identidad.
El enfoque sociocultural cree que el acto de leer está inserto en las prácticas sociales (y no una actividad cognitiva aislada) , que el texto es un ”artefacto” social y político y que por lo tanto se puede manipular y utilizar con distintos fines; que el texto es multimodal, y que leer en definitiva consiste en hace cosas, asumir roles, construir identidad.
Dicha perspectiva atiende a las particularidades históricas, sociales y culturales de cada comunidad y permite practicas democratizadoras, críticas a la búsqueda de la justicia y la igualdad.